De Taxis, Diablos Rojos y Tranques
Todo
gobierno responsable además de velar por la educacion,
salud, bienestar económico y seguridad personal de sus ciudadanos,
siente la obligación de crear ambientes y condiciones que permitan a
sus ciudadanos llevar una vida mas apacible y cómoda. Realizar obras
tan elementales como crear áreas de esparcimiento sanos,
culturales y recreativos. Mantener comunidades limpias de basura y
alimañas. Suministrar servicios publicos confiables. Faciltar el
trafico al peatón. Crear sistemas de transporte publico seguros,
cómodos y amigables.
Considerando lo anterior , tenemos que admitir
que nuestros gobiernos han fallado miserablemente en mostrar
consideracion para el prójimo. Se crea la impresión de que
para ellos somos meras estadísticas de posibles votos. No es menos
cierto que hemos contribuido a perpetuar esta triste
realidad con nuestra falta de coraje en ejercer
nuestros derechos ciudadanos,
como también nuestra ausencia de espíritu comunitario ha evitado ejercer
nuestro gran poder de usuarios. Los políticos, que
tontos no son, se han aprovechado de nuestro
comportamiento “pasivo” ( para no usar un
panameñismo mas fuerte)” para hacer los que les viene en gana.
Nada ilustra mejor esta realidad que nuestros pobres
servicios de transporte publico y los continuos tranques.
Lo
de los taxis es patético. Es cierto que este gobierno logro
obligarlos, con mucho esfuerzo, a usar un solo color en sus
vehículos, pero no se estableció una tonalidad estándar, dando
como resultado que existe toda clase de tonalidades.Tampoco se
establecieron especificaciones para el tipo de vehículo, de tal
manera que circulan como “taxis” toda clase de vehículo, basta
una carrocería y cuatro ruedas. No hace falta elaborar sobre su
comportamiento vehicular caótico , contribución a tranques y su
caso omiso a la norma que prohibe el “no voy”, pues es
harto conocido su desprecio por buenas normas de cortesía y
manejo. Me pregunto sobre los requisitos y procedimientos
para obtener una licencia de conductor; si a los candidatos a
taxistas, además de pericia en el manejo y buen registro policíaco,
se le exige un análisis psicológico. También si al
concederse la licencia de operar se establece la obligación de
operar solo para ese solo propósito, no como vehículo familiar,
y con determinado horario de operación, lógica consecuencia
de prestar un servicio publico, Observo nutrida presencia
de taxis estacionados durante horas laborales en oficinas, negocios,
bancos, construcciones, estaciones de policía, etc; obviamente sus
propietarios no se dedican a ser taxistas a tiempo
completo,.limitando sus servicios a la comunidad que
le concedió la concesión. El caso de los
policías- taxistas es interesante por sus connotaciones
de conflicto de interés.(Quis
custodiet ipsos custodes?. dirían los
Romanos)
No vale la pena ahondar en
el tema de los Diablos Rojos, están llamados a desaparecer, solo que
se resisten morir. Lo que vale la pena mencionar es que los benditos
Metro Buses cada día mas por su comportamiento se a asemejan a
los Diablos Rojos, esto se debe, se me explica,, a que muchos de sus
conductores son “ex-Palancas” y ex-Conductores de Diablos Rojos,
quienes no pierden su naturaleza. Es oportuno que las autoridades
tomen nota y evitan que la cura resulte peor que la enfermedad.
Caso
aparte son los tranques. Se nos da el caramelo que vendrán mejores
días,( suena a "guaracha"),
que tengamos “paciencia”, pero no hacen nada concreto a aliviar
el mal. Obviamente, los nouveau gamonales
no sufren los rigores de los tranques, tienen sus sirenas, gorilas y
moto-escoltas que le conceden paso expedito y nosotros, como decimos
en mi pueblo, “que
se jodan, el que viene atrás que arree”.
Si en realidad les importara los efectos dañinos
económicos, corporales y psíquicos,
individuales y colectivos, en nosotros causados por
los tranques; podrían mas agentes del ATTT y
Policia en las calles durante horas propicias al tranque y en los
harto conocido puntos críticos y les quitaran el aparente
miedo a las lluvias o le dieran capotes:
no aceptarían el chantaje
de industriales, constructores y comerciantes que se
niegan a contribuir con cambios de horarios y circulación de
sus equipos pesados aduciendo efectos de alza en el costo de vida.
Si
viera a los nouveau gamonales
someterse a los rigores de los tranques, tendría mas fe en sus
intenciones.Mientras no lo vea, lo que digan son palabras al viento
y seguire con mi predica de no hacerle caso a lo que dicen
los políticos, si no a lo que hacen.Sigan mi consejo.
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