domingo, 13 de mayo de 2012


De Taxis, Diablos Rojos y Tranques


Todo gobierno responsable además de velar por la educacion, salud, bienestar económico y seguridad personal de sus ciudadanos, siente la obligación de crear ambientes y condiciones que permitan a sus ciudadanos llevar una vida mas apacible y cómoda. Realizar obras tan elementales como crear áreas de esparcimiento sanos, culturales y recreativos. Mantener comunidades limpias de basura y alimañas. Suministrar servicios publicos confiables. Faciltar el trafico al peatón. Crear sistemas de transporte publico seguros, cómodos y amigables. 

Considerando lo anterior , tenemos que admitir que nuestros gobiernos han fallado miserablemente en mostrar consideracion para el prójimo. Se crea la impresión de que para ellos somos meras estadísticas de posibles votos. No es menos cierto que hemos  contribuido a perpetuar esta triste realidad con nuestra  falta de coraje en ejercer nuestros derechos ciudadanos, como también nuestra ausencia de espíritu comunitario ha evitado ejercer nuestro gran  poder de usuarios.  Los políticos, que tontos no son, se han aprovechado de nuestro comportamiento “pasivo” ( para no usar un panameñismo mas fuerte)” para hacer los que les viene en gana. Nada ilustra mejor esta realidad  que nuestros pobres  servicios de transporte publico y los continuos tranques.

Lo de los taxis es patético. Es cierto que este gobierno logro obligarlos, con mucho esfuerzo, a usar un solo color en sus vehículos, pero no se estableció una tonalidad estándar, dando como resultado que existe toda clase de tonalidades.Tampoco se establecieron especificaciones para el tipo de vehículo, de tal manera que circulan como “taxis” toda clase de vehículo, basta una carrocería y cuatro ruedas. No hace falta elaborar sobre su comportamiento vehicular caótico , contribución a tranques y su  caso omiso a la norma que prohibe el “no voy”, pues es harto conocido su desprecio por buenas normas de cortesía y  manejo. Me pregunto sobre los requisitos y procedimientos para obtener una licencia de conductor;  si a los candidatos a taxistas, además de pericia en el manejo y buen registro policíaco, se le exige un análisis psicológico. También si al concederse la licencia de operar se establece la obligación de operar solo para ese solo propósito, no como vehículo familiar,  y con  determinado horario de operación, lógica consecuencia de prestar un servicio publico, Observo nutrida presencia de taxis estacionados durante horas laborales en oficinas, negocios, bancos, construcciones, estaciones de policía, etc; obviamente sus propietarios no se dedican a ser taxistas a tiempo completo,.limitando sus servicios a la comunidad que le concedió la concesión. El caso de los  policías- taxistas es interesante por sus connotaciones de conflicto de interés.(Quis custodiet ipsos custodes?. dirían los Romanos) 

No vale la pena ahondar en el tema de los Diablos Rojos, están llamados a desaparecer, solo que se resisten morir. Lo que vale la pena mencionar es que los benditos Metro Buses  cada día mas por su comportamiento se a asemejan a los Diablos Rojos, esto se debe, se me explica,, a que muchos de sus conductores son “ex-Palancas” y ex-Conductores de Diablos Rojos, quienes no pierden su naturaleza. Es oportuno que las autoridades tomen nota y evitan que la cura resulte peor que la enfermedad.

Caso aparte son los tranques. Se nos da el caramelo que vendrán mejores días,( suena a "guaracha"), que tengamos “paciencia”, pero no hacen nada concreto a aliviar el mal. Obviamente, los nouveau  gamonales no sufren los rigores de los tranques, tienen sus sirenas, gorilas y moto-escoltas que le conceden paso expedito y nosotros, como decimos en mi pueblo, “que se jodan, el que viene atrás que arree”. Si en realidad  les importara los efectos dañinos  económicos, corporales y psíquicos, individuales y colectivos,  en nosotros causados por  los tranques; podrían mas agentes del ATTT y Policia en las calles durante horas propicias al tranque y en los harto conocido puntos críticos y  les quitaran el aparente  miedo a las lluvias o le dieran capotes: no aceptarían el  chantaje de industriales, constructores y comerciantes que se niegan a contribuir con cambios de horarios  y circulación de sus equipos pesados aduciendo efectos de alza en el costo de vida.

Si viera a los  nouveau gamonales someterse a los rigores de los tranques, tendría mas fe en sus intenciones.Mientras no lo vea, lo que digan son palabras al viento y seguire con  mi predica de no hacerle caso a lo que dicen los políticos, si no a lo que hacen.Sigan mi consejo.









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